15 de junio de 2016

19:36

No puedo oír a la noche cantar, solo escucho el silencio del viento frió.
Hacia tanto que no caminaba entre las calles, y caminar es percibir las luces, seguir un ritmo, ser parte de una escena.

No necesito que me lean la mente pues me resguardo en mis intenciones.
No necesito que te aferres a tu intuición.

A veces me olvido que soy quien elegí ser y a veces me olvido quien soy.
Pero siempre vuelvo como el viento hasta que la ciudad florezca.
Siempre.

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