23 de junio de 2014

Los niños del rincon

En el rincón abandonado y solitario, verdadero o ficticio, se encuentran, se aferran, en las paredes se amparan. Desde la esquina observan lo que pasa a sus alrededores:
Las risas, los roces de los cuerpos, las miradas de recelo, la envidia, el descontento, la alegría, las posturas, las palabras... de nada se nutren, los niños del rincón por supuesto. 
Aquella carrera para llegar mas alto es solo un ridículo y hasta a veces cómico espectáculo que ellos suelen atisbar, callados, ajenos, pasando desapercibidos. No son parte de eso. Algunos lo anhelan con fervor, otros agradecen enredarse en aquel velo, mientras ellos que si participan pasan a su lado, chocan sus hombros, y nunca pero nunca los miran a los ojos.
Que lindo es vivir en las sombras. 

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