Como un símbolo destripado
de significantes, preparado
para cumplir roles y efectuar
fantasias. En esta demencia,
podría haber sido cualquiera,
la inspiración para el desastre.
Pero fui yo.
Donde quiera que va,
reproduce engaños
el mundo no cuestiona
el bucle que ornamenta
la extinción de las risas,
que esconde semenjante
interrogante:
¿Por qué elegimos hacer/nos tanto daño?
Me disculpo a mi misma,
por haberlo intentado.
Me encantaría poder hablar con vos.
ResponderBorrarEstamos en el 2024 y te invito a presentarte primero. No hablo con anónimos.
ResponderBorrar