Aún cuando nada tengo para decir, mucho ha de salir de mi boca o de mi mente. Me es indiferente, a esta altura de mi vida. Es como si la lluvia se hubiera detenido, casi por cinco años, dejandome arañando la tierra, aunque tanto haya pasado por este desierto. No hay agua que no reviva mis ganas de crear. No hay tierra que no me obligue a sembrar pequeñas grandes ideas. Parece que por un minuto (demasiado largo) olvidé el humilde propósito de este instrumento. Destacar el momento y activar el movimiento del desorden de mi cabeza.
No les voy a mentir, con los años y demasiada ayuda, algunas cosas se articulan pero, como alguna vez dije: hay tiempo para escribir y hay tiempo para vivir, y muchas veces son mas superlativos que cualquier otra cosa.
No niego ni afirmo haberme inspirado en pavadas ajenas de idolos de antaño, pero al menos... we're fucking back :)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario