¡Ay dulzuras! les entregué todo un manojo de minutos.
Que nadie me devuelve y solamente ocupa o remueve
espacio para mejores recuerdos.
Pasé demasiado tiempo enredada en tanzas ajenas,
danzando entre llamas de fuegos que no he empezado.
Que casi siempre he apagado.
No hay mejor reencuentro que con una misma.
Es mundo es un lienzo demasiado amplio
aún cuando esta ciudad me queda chica.
Pero, se exactamente por donde empezar.
No voy a correr, ni a olvidar, no voy a comprometer
la esencia de mi espíritu. Por figuras tan pequeñas,
por diminutas presencias, no me doblego ni arrodillo.
Siempre visto mis cicatrices con la frente bien en alto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario